viernes, 9 de noviembre de 2012

Teléfono, mi sitio


A veces suena el teléfono (un aparato que..., bueno no lo cuento, lo linkeo) en mi sitio, y claro, ni idea de qué hacer con él, porque no hablan inglés, y coger la llamada es como entorpecer al personal.

En los bares-restaurantes no hablan inglés, de hecho, el segundo idioma de un checo es el alemán, por lo que me veo obligado a elegir la comida aleatoriamente y curiosamente, hasta ahora, la cosa ha salido bien.
Es un poco raro eso de cocinar las patatas en gajos grandes con el trozo de piel incorporada, pero aquí es como las patatas fritas en España, el acompañante más usual.

Los jóvenes saben mucho inglés, por lo que a veces, me avergüenzo de mi orco, pero los mayores, si saben algo más que checo es, como ya dije, alemán.


Ejemplos de menús en la carta del "Córcel galopador". Está escrita en lengua negra como puede verse en la imagen, lengua esta que no usaré aquí. Dice: "Uno para gobernarlos a todos, uno para encontrarlos, uno para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas"

Supongo que se referirán al euro, forjado en el bosque negro alemán, en el Monte del Destino (En Chequia es muy común que sepan alemán, pero para dejarles clarito que no quieern saber nada del euro...)

Así que bien haríamos nosotros en devolverlo y lanzarlo a dónde este fue forjado, antes de que su poder nos posea...

Sin bromas, no veo que el problema sea el euro. El problema es lo que hacemos con él. Pero dado lo que hacemos con él, considero que el euro finalmente está formando parte de un problema muy gordo, el cual (ya digo, sin bromas) está siendo uno de los protagonistas fundamentales del destino del mundo.


 

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