Pues que al final, el jefe decidió que no me iré a Estados Unidos hasta otoño de este año o mucho más probablemente hasta el año que viene.
El dedo se me está curando, pero más lentamente de lo que tardaría en curársele a Lobezno. Y las moscas están tardando en emerger... Así que bueno, si este sábado voy al bowling, iré solo para ser testigo de lo mal que juegan los que jueguen y no para demostrar lo mal que juego yo.
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